Dice la tradición que los novios no deben verse vestidos antes de celebrarse la boda.
El motivo es muy sencillo: La mala suerte.
Lo achacan a que da verdaderamente mala suerte que los novios se vean justo antes de celebrarse el enlace.
Por ello es que el novio espera a la novia en la iglesia hasta que esta llega y es en ese justo momento en el que ambos se ven.
Otros de los motivos es la sorpresa.
Que ambos se lleven una grata sorpresa es de lo más feliz que nos puede pasar.
Además, la tradición dice además de porque los novios no deben de verse vestidos antes de celebrarse la boda, que tampoco pueden ver el vestido antes.
Con esto queremos decir que ni el novio ni la novia pueden ver el traje que llevan cada uno.
Hay que sorprender con el traje que llevan cada uno, con el mejor peinado de la novia, la elegancia del novio…
Vale la pena esperar todo esto para como hemos dicho antes, no solo se sorprendan ellos sino también los invitados.
